La puerta #Parte 1 (Mavy's Universe)

Este relato es perteneciente a la saga Mavy's Universe que se centra en una especie de fanfic gigante de muchos libros/juegos... 

 Descubre de qué va la saga, aquí. Conoce a los personajes,aquí.

En este capítulo se incluyen: ENDV, Olvidados, Bloggerland y Hellmind.
No contiene spoilers

Nero observaba una gran pared que estaba repleta de engranajes en movimiento.
Algunas piezas eran más grandes y otras más pequeñas. Las había nuevas y otras oxidadas y desgastadas. Tenían movimientos rápidos y lentos. Unas piezas estaban conectadas con otras, mientras unas cuantas se encontraban apartadas del resto. Hacían ruido, como una vieja fábrica funcionando a máximo rendimiento. Una fábrica construida dentro de una gran habitación oscura.

En medio de aquella maquinaria, había una enorme puerta que se antojaba todavía más rara en medio de toda esa estampa. Era antigua y tenía un marco de cemento a su alrededor. De una sola hoja, en el centro de esta había un pomo con en forma de sol. Justo en medio de este, se veía la silueta de un ave con las alas abiertas. En cada esquina de la puerta había un dibujo en relieve. En el superior izquierdo se encontraba un árbol sin hojas partido por un rayo. En el derecho, unas garras. En la parte inferior izquierda se distinguía un corazón y en la derecha, un libro en llamas. Entre ellos, aparecían otras figuras que se mezclaban entre sí y recorrían la superficie. Lo que parecía la cola de una serpiente, esferas, más engranajes, runas, marcas extrañas... No parecían seguir ningún tipo de orden.


El rubio llevaba media hora intentando averiguar el significado de aquellos dibujos, cuando oyó chirriar a lo lejos la puerta por la que él mismo había entrado. Escuchó como unos pasos se acercaban cada vez más y se dio la vuelta  para hacerle frente a la oscuridad. Únicamente había luz dónde él se encontraba. La suficiente para alumbrar la puerta. Sin embargo, no existía ningún tipo de foco o abertura por la que se colase esa pequeña luz. Simplemente permanecía ahí.
Al poco rato empezó a vislumbrar la figura de un chico delgado y alto que se dirigía hacia él con las manos en los bolsillos y la cabeza gacha. Cuando llegó al haz de luz pudo ver su pelo negro azabache que le llegaba a la altura de los hombros. El chico alzó la cabeza y cuando le vio se detuvo en seco, se irguió y adoptó una postura más decidida. Alzó una ceja.

—¿Qué haces aquí? —preguntó, extrañado.
Aunque Nero fuera más alto y más mayor que él, la seguridad y masculinidad que desprendía el chico le hacía sentirse inferior. De hecho, ahora mismo se sentía como si le hubieran pillado haciendo algo malo.

—Me preocupa. —Volvió a mirar los engranajes de la pared—. Piensa demasiado alto y... —hizo una pausa mientras se dibujaba una mueca triste en su rostro— oscuro.

—A mi no me deja dormir —se dirigió con paso decidido hacia la puerta, con una mueca de enfado— . Va a escucharme de una maldita vez.

—¡Espera! — Cuando pasó junto a él intento retenerle, pero el chico le esquivó—. No lo ha...
En cuanto el moreno cerró la mano entorno el pomo, una sacudida le golpeó al instante, lanzándole por los aires. Dio un alarido de dolor al impactar contra el suelo y se llevó una mano a un codo sangrante mientras escupía mil palabrotas.

—¿Estás bien? —Nero se arrodilló junto a él y le miró la herida. Se había raspado la piel.

—Sólo es un rasguño. — Alzó la mirada y al encontrase la de él, la apartó mientras se sonrojaba. Se puso en pie y clavó los ojos en la puerta—. ¿ Qué coño ha sido eso?

Nero se acercó, soltando un suspiro.

—Nos ha bloqueado el paso a todos. No hay manera de entras mientras ella no quiera que lo hagamos.

—¿Ni siquiera han podido las chicas?

En ese momento oyeron algo moverse en la oscuridad que había sobre ellos y los dos dieron un brinco cuando una figura aterrizó de rodillas junto a ellos. Se alzó algo de polvo y el nuevo invitado se levantó con una sonrisa en sus labios.

Keity era menuda, delgada y pelirroja. Recogida en dos coleteros, tenía una larga melena que le llegaba por la cintura. Portaba una katana a sus espaldas, enfundada en una saya de colores blancos y rojizos, e iba enfrascada en el uniforme del colegio.
—¿Quieres dejar de hacer de eso, por Dios? —bociferó el moreno, altamente irritado. Se apartó de ellos dos y se apoyó en una de las paredes.

—Creía que no eras religioso, Darek —se burló ella. Dirigió una mirada a la puerta y después a Nero—. Llevamos tres días intentándolo con todo lo que tenemos. Hasta ayer la puerta presentaba algunas vulnerabilidades, pero algo ha cambiado y ha empezado a atacarnos cuando le hemos golpeado. Resiste el fuego, el hielo, el ácido, el agua... Lucy lo ha mandado a tomar por saco  y Osiris ha salido mal parada tres veces.

—¿Qué le ha pasado?—Nero no puedo ocultar la preocupación, pese a que hacía relativamente poco que la conocía.

—Electrocutación, asfixia y envenenamiento. En todas ha muerto—El chico se quedó atónito.—Tranquilo, ya está bien. Ahora solo se está tomando un descanso.

—¿Qué pinta ese maldito pajarraco, aquí? —Terció Darek, refiriéndose a Osiris. 

La pelirroja le miró confusa.

—Disculpale, no está llevando muy bien lo de que un fénix sea nuestra nueva compañera de piso.

—Si hubiera quemado tu estantería tú tampoco lo llevarías bien —protestó el chico.

Nero resopló.

—Fue un accidente.

—Es amiga de las cuatro personas que han intentado matarme en más de una ocasión, una de las cuales me acaba de hacer volar por los aires ¿De verdad crees que es un accidente?

Keity estalló a reír y puso los brazos en jarras.

—Aunque ella creó la puerta, realmente no es quién la controla. —Los dos la miraron con interés—. No se qué está pasando al otro lado. Lo único que os puedo decir con seguridad es eso.

—¿Tal vez sea Thrax? —Sugirió el moreno dubitativo. Thrax era el ser con más poder de todos ellos. Pero no era alguien con quien fuera agradable hablar. Ni siquiera era agradable compartir el mismo aire.

La chica negó con la cabeza.

—Ha intentado hablar con ella para sus propios propósitos, pero en cuanto se dio cuenta, también le expulsó. No es nadie del orfanato. —Se quedó pensativa—. De hecho, creo que no es alguien, sino algo. —De pronto se dio la vuelta, alertada, a la vez que desenfundaba su katana—. Creo que tenemos visita.

Los dos chicos también se giraron y vieron como alguien se acercaba a ellos entre las sombras.

—Ese es un dato muy interesante que debemos tener en cuenta —dijo una voz masculina y grave.
En seguida que Darek reconoció la voz, sacó su pistola y apuntó hacia él.

—¿Qué haces tú aquí, Ambrose?

El chico llegó a la zona iluminada luciendo una radiante sonrisa que no tenía nada de amistosa. Vestía una camisa de lino blanca y un chaleco azul. Miró a los tres chicos y al ver a dos de ellos armados alzó las manos en un fingido gesto de inocencia.

—Solo he venido a ver qué sucedía. No puedo escribir mis poemas con tanto ruido.

Darek le fulminó con la mirada.

—Entonces deberías marcharte. No hay nada que puedas hacer.

El noble frunció el ceño y bajó los brazos.

—Me parece que vosotros tampoco podéis hacer nada. Venís aquí cargados de ilusión y esperanza, creyendo que podréis arreglarlo todo como en vuestras pequeñas victorias en el orfanato —dijo con sorna, haciendo movimientos exagerados con las manos.

—¿Pequeñas? —protestó Darek, apretando los dientes.

—Pero esta es una realidad distinta. Aquí no mandáis vosotros, y eso —señaló la puerta— en gran parte es culpa vuestra. No estáis preparados para vivir fuera de vuestro mundo —dijo despacio, como si hablara con unos deficientes mentales—. Esto os supera.

Darek rozó el gatillo de la pistola sin apartar la mirada de él.

Nero no dejaba de darle vueltas a un pensamiento y decidió hablar.

—¿Cómo has llegado hasta aquí? Kvothe había sellado la entrada y te había prohibido el paso.

Su sonrisa se ensanchó, mirando al rubio y acercándose despacio hacia él.

—Ha pasado tanto tiempo con Thrax que ya ni recuerda cómo se usa un tenedor. ¿De verdad esperas que sea capaz de detenerme? —Preguntó como si fuera absurdo pensar siquiera en eso.

—Si algo tengo claro, es que es capaz de detenerte.

Eso pareció irritarle.

—Mi padre y yo...

Darek soltó una carcajada exagerada y bajó la pistola.

—Tu padre no existe en este mundo. ¿Qué hacemos perdiendo el tiempo con este inútil mimado y consentido? —Se dio la vuelta y se centró en la puerta — No puede hacernos nada. Averigüemos cómo...

—No está solo —observó Keity, sin bajar la guardia—. Todo el rato ha estado acompañado, ¿verdad?

Ambrose le dedicó una cara de asombro.

—Que observadora.

Cuando el chico alzó de nuevo la pistola y se giró hacia el noble, un látigo le azotó la mano, desarmándole. Darek dio un grito de dolor y se agarró la mano herida.

—Os voy a dar un consejo gratis —dijo mirando solamente a los dos chicos— las cosas se han puesto demasiado feas como para que unos huérfanos como vosotros intentéis arreglarlas. Largaros al triste y mugriento sitio del que habéis salido y dejad que los que realmente tenemos poder nos encarguemos.

—¿Y qué poder se supone que tienes tú? El dinero aquí no te va a servir para nada. —Refunfuñó el moreno.

Ambrose hizo chasquear los dedos y volvió a aparecer un látigo de entre las sombras que golpeó al chico en las piernas haciéndole caer al suelo. Drake, el chico de Croates, apareció junto al noble y enroscó el látigo que tenía por brazo en torno a la garganta de Nero.

—Tenéis tres segundos para decidiros— dijo este, con voz aterciopelada—. ¿Estáis conmigo o contra mi?

¿Qué os ha parecido este capítulo?

Los personajes que aparecen pertenecen a:
El nombre del viento, Patrick Rothfuss
Olvidados, Michael Grant
Bloggerland, Iniciativa Granitos de Arena [Personaje de Mavy]
Hellmind, M.M.Miranda